DANCEBOG BALLET EN MOVIMIENTO es un proyecto fundado en el año 2013 bajo la dirección de Natalia Castro Álvarez. Cuyo objetivo es forjar una compañía que genere cultura sobre el ballet y las artes del movimiento en Bogotá y Colombia, a través del entrenamiento, fomentando actividades interdisciplinares y la circulación de sus obras. DanceBog es una compañía interdisciplinar que involucra varias disciplinas del cuerpo con el ballet, como las artes circenses y otros géneros de danza. Desde 2017 ha trabajado con Julian Maldonado, artista circense que ha contribuido en la introducción de la artes circenses dentro de la propuesta escénica de las obras de la compañía y en la oferta de clases ofrecida por la escuela, al igual que contribuciones dramatúrgicas y luminotécnicas de las puestas en escena. Proyectándose como un espacio que pueda ofrecer a artistas escénicos profesionales la posibilidad de desempeñarse en su arte y así mismo poder vivir de él.

La escuela y la compañía DanceBog es una propuesta inclusiva que busca romper paradigmas en torno a la visión y expresión del arte danzario, donde prima la interdisciplinariedad y la creación colectiva desde distintos géneros de danza y también se erige como nueva propuesta respecto a los fines de la práctica de la danza, priorizando su sentido hacia el desarrollo humano, físico y espiritual, dando un valor esencial y respetuoso de la corporalidad diversa en l@s individuos.  Intenta a su vez, romper con los estereotipos y paradigmas establecidos por la cultura del ballet en cuanto al cuerpo perfecto, dotado de todas las condiciones físicas (rotación, flexibilidad, delgadez, cuello y extremidades largos, torso corto, empeines pronunciados, músculos largos, hiperextensión de piernas, sensación de giro y de salto natural) en edades tempranas. La filosofía de DanceBog manifiesta que todo tipo de cuerpo puede aprender ballet, a cualquier edad y con los sueños o proyecciones que cada individuo tenga frente al ballet.

DanceBog es un espacio que ofrece la posibilidad de aprender, aceptándose y conociéndose a uno mismo de tal manera que pueda trabajar con sus condiciones físicas y mentales, sin necesidad de maltratar psicológica ni físicamente frente a la técnica. Se inculca el respeto y el amor propio, así como por el arte del ballet clásico de tal manera que no se convierta en un sentimiento de baja autoestima de la persona. El ballet es hermoso y es una herramienta valiosa, para diferentes disciplinas del cuerpo, es un gran alimento para el alma y la sensibilidad. Y se promueve su importancia para el perfeccionamiento en técnicas, posturas, que dan valor agregado a bailarines (as) de otros géneros danzarios.