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Historia de los títeres en Colombia: Capítulo III ( Bastones, alfileres y otros objetos de interés)

A lo largo de este año publicaremos la muy completa investigación sobre los títeres en Colombia realizada por Consuelo Méndez y César Álvarez. Hoy seguimos con el capítulo número tres, referente a los objetos animados en las culturas precolombinas.

 

UNA VISITA AL MUSEO DE ORO DE BOGOTÁ


3.1. REMATES DE BASTÓN


El primer elemento que llamó nuestra atención fue una serie de figuras que se han denominado remates de bastón, las cuales aparecen en varias culturas, pero que se hacen muy frecuentes en la cultura Sinú. Genéricamente se les ha denominado de este modo por cuanto en su parte inferior poseen un orificio dentro del cual se puede introducir algún elemento alargado que permita sostenerlos y manipularlos sin que éste necesariamente sea un cayado.


Los momentos (motivos) de estos remates son muy variados, con predominio de temas zoomorfos, con animales felinos, así como cocodrilos y venados. Sin embargo el tema predominante son las aves que a juzgar por sus crestas y sus picos son de las más diversas clases, unas bastante naturalistas y otras en las que se amalgama lo real y lo fantástico.



Por lo general el remate está compuesto por una sola figura, pero los hay con figuras múltiples e idénticas. En el caso de las figuras dobles, se encuentra un remate de ocho centímetros de largo que representa dos cabezas idénticas de venado terminadas en un cuello común. Se encuentra igualmente un remate de 2.5 cm. de altura, con dos aves idénticas pero independientes la una de la otra, las cuales se unen únicamente en dos puntos, uno en el pico y otro en las patas.


Se encuentra también uno compuesto por cinco pájaros, tan iguales entre sí que parecieran hechos con molde. A diferencia de los anteriores en los que sólo aparece la cabeza y un cuello hueco por donde se introduce el bastón, éstas son figuras de aves completas de 3 cm. de altura, cada una con un pico, cabeza, cuerpo y extremidades completamente independientes, sin que estén unidas en ninguno de sus puntos. Parecieran más bien estar colocadas todas muy juntas, una al lado de la otra, sobre una pequeña laminilla de oro, debajo de la cual -y formando con ésta una especie de cruz- aparece la parte en la que se ensamblará el bastón.


Dentro de los remates con una sola imagen se destaca por su tamaño visiblemente diferencial (11cm) una majestuosa y perfecta cabeza de águila y otra figura de ave completa, parada sobre la pieza de ensamble del bastón, con un pico parecido al de un alcatraz del cual penden pequeñas hojuelas circulares.




Aunque a unas y a otras se les ha denominado con el nombre genérico de remates de bastón, nada se sabía de manera exacta sobre el uso de los objetos que en ellas se ensamblaban. Evidentemente el tamaño de la figura determina también el diámetro del orificio en el que se ensambla la otra pieza. Esto nos hace suponer que los bastones por ser de diferentes tamaños, tenían también diferentes usos.


Sin embargo, lo que entre todas las cosas parece más curioso es que a excepción del águila, los demás remates llevan en sentido horizontal el orificio por donde se ensambla el bastón, y si una vez ensambladas las dos piezas se colocan el bastón y el remate en sentido vertical, no se puede apreciar la figura del remate. Lo que nos hace pensar que en ellas se insertaban también objetos que permitieran una utilización horizontal. Se dice en el Museo que se usaban posiblemente para adornar las terminaciones de los palos en los que se transportaba en andas a los personajes importantes, pero esto no tendría sentido en el caso de remates de dos o tres centímetros.


El águila por el contrario, tiene dispuesto el orificio de ensamble de manera vertical, y por el diámetro de éste permite la inserción de un bastón bastante grande que podía servir, bien como cayado de un personaje importante o bien como bastón de mando de algún chamán.


El predominio de figurillas a