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Las doce tesis de la risa como motor de la historia

(No aptas para ortodoxos)

La Libélula Dorada


1 - La risa es toda una concepción del mundo.

2 - Sin risa no hay lucha de clases.

3 - La risa es la capacidad racional e irracional que posee el hombre para ridiculizar a sus semejantes y a sí mismo.

4 – Hacer énfasis en la risa es en la práctica de todas las revoluciones agudizar las contradicciones.

5 – Gracias a una risa un hombre se hace cómplice de otro y nace la solidaridad.

6 – “Por medio de la risa, se han desatado en la historia de la humanidad miles de guerras”, por ello, “ser prudente es no reírse”, dicen siempre los pacifistas.

7 – El hombre libre debe luchar por una risa sin etapas históricas.

8 – Son unos ilusos los que pretendieron pasar de una risa utópica a una risa científica.

9 – El proletariado no será libre hasta que no se ría por completo de su propia historia.

10 – En los países autoritarios la risa siempre será clandestina, ya que es un acto de terrorismo reírsele en la cara a la autoridad.

11 – La psiquiatría ha fracasado porque no ha utilizado la risa como terapia.

12 - La risa de los intelectuales es tan abstracta y sofisticada que a veces ni ellos mismos la entienden.


Notas marginadas:


1 – Se prohíbe para el análisis de cada tesis el aislamiento de todo su contexto. Además también queda prohibido darles un sentido, ordenarlas o desordenarlas ya que esto implica una revisión y un fracaso de las doce tesis.

2 – Quién no se ría – aunque sólo sea una vez – leyendo las doce tesis será considerado un traidor y un reaccionario.


César e Iván Álvarez junto a dos títeres del programa Los Rencauchados
César e Iván Álvarez junto a dos títeres del programa Los Rencauchados

Lo que todo revolucionario debe saber acerca de la risa:


1 - El revolucionario debe saber ejercitarse, riéndose lo que más pueda todos los días, con el fin de estar bien preparado para resistir todo tipo de torturas que, seguramente le aplicarán en un campo de concentración a base de cosquillas.

2 – El revolucionario debe saber sospechar de quienes se ríen estando en el poder. Para mayor información ver fotos de Carter, Brheznev o Mao.

3 – El revolucionario debe saber que la risa es un arma de doble filo y que por lo tanto tiene sello de clase.

4 – El revolucionario debe saber que es un error táctico y subjetivo exigirle seriedad a un payaso.

5 – El revolucionario debe saber luchar contra la contaminación de la risa cuando el humor se vuelva negro.

6 – El revolucionario debe saber crear buen ambiente, (sobre todo si es ecólogo), cuando se caga de la risa.

7 – El revolucionario debe saber que hasta que no se ría de lo que posee no se acabará la propiedad privada.

8 – El revolucionario debe saber que quién le diga: “ No te rías, es en serio..”, es un agente de la CIA.

9 – El revolucionario debe saber que es un acto de extrema irresponsabilidad “llorar de la risa”.

10 - El revolucionario debe saber que el verdadero humorista es aquel que cuando se mira en un espejo, se ríe.

11 – El revolucionario debe saber que el militante masoquista es aquel que, por el gusto de sufrir, siempre se ríe sin tener ganas.

12 – El revolucionario debe saber que no puede reírse mientras otros estén tristes. La risa debe ser colectiva o no existirá jamás.



Imagen del montaje El pobre pelagato mal llamado Fortunato
Imagen del montaje El pobre pelagato mal llamado Fortunato

Consignas que se pueden agitar en cualquier manifestación espontánea de la risa.


1 – Hombres de todos los países: ¡Reíros!

2 – Quien no se ríe es un cadáver. La sociedad está llena de cadáveres. Ser revolucionario es reírse de ellos.

3 – Seamos radicales. No basta una simple sonrisa. Es necesaria una carcajada.

4 - La risa no triunfará hasta que no sea permanente. Por una risa permanente: ¡A las armas!

5 – Rio luego pienso… pienso, luego… rio.

6 – Sin risa no hay vida. El combate por la risa es un combate por la vida.

7 – El viejo mundo burgués se está muriendo, dijo un proletario riendo.



Texto publicado en La Revista Cultural XUE de estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, en 1978.

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